“SOLDADO
DE LA PATRIA: en tiempos de guerra, feroz combatiente cual insigne
celador; en tiempos de paz, baluarte de la sociedad y último sostén moral
de la nación”
Damas
y caballeros: 25 años han transcurrido
desde aquel inolvidable día en que por vez primera, porté el glorioso uniforme de las Fuerzas
Armadas de mi Patria. Este imperecedero blasón
que al cabo de cinco lustros me ha dejado marcada la piel y el corazón.
El
ejército ecuatoriano ha confiado en mis destrezas y aptitudes, de tal manera
que con mucha sencillez pero con absoluta responsabilidad asumo este reto en mi
vida. El ascenso a un nuevo grado militar, no es otra cosa que la
materialización de la confianza que nuestra querida institución armada ha depositado
en este humilde soldado. Todos los días de mi vida, lucharé incansablemente por dignificar la nobleza de mi inmaculado
uniforme.
Quiero
agradecer en primera instancia a Dios. Supremo ser todopoderoso, que bondadosamente me iluminó el camino del bien, que gracias a
su infinito amor, he transitado hasta aquí.
Se está cumpliendo tu voluntad Señor, no la mía.
De
la misma manera, quiero dejar a mis hijos este ejemplo de trabajo y
constancia. Su imagen presente en mi
mente y en mi corazón durante tantas extenuantes jornadas de trabajo, han sido
el combustible vital, que me ha permitido mantenerme firme en mis ideales y mi
convicción. Quiero agradecer a mi
querida esposa, por su paciencia y comprensión en momentos difíciles de
separación física, pero de amor imperecedero a la distancia.
Añoro
aquella ocasión, que siguiendo el
ejemplo de mi hermano, sentí el llamado de la carrera militar. Con muchas dificultades, pero con gran
sacrificio mis Padres supieron apoyarme en cada peldaño de mi profesión. Y estoy seguro
que aún ahora, desde cielo, ellos han obrado con abnegación, para que su
querido hijo, sea llamado desde hoy, orgullosamente Sub Oficial del Ejército
Ecuatoriano. Gracias queridos Padres.
Finalmente
deseo agradecer a todos y cada uno de mis compañeros civiles y militares. Sus consejos, recomendaciones y apoyo han
sido fundamentales en mi formación no sólo como militar, sino como ser humano
íntegro y responsable. En todo lo que
esté a mi alcance, cuenten con un servidor.
Quiero
reiterar el compromiso adquirido hace 25
años, como soldado de la Patria, que seguiré luchando, infatigablemente desde
la bendita trinchera que me asigne mi nación.
Muchas Gracias.
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